Entre las posibles opciones que existen para frenar la alopecia androgénica o calvicie común se encuentran los tratamientos con fármacos específicos como Minoxidil o Finasterida, por mencionar dos de los más populares. Muchos pacientes que se acercan a nuestra clínica estética son un tanto reticentes a su uso porque no terminan de confiar en su efectividad, motivo por el que hoy hemos decidido escribir este post. ¿Qué opinión te merecen a ti?
Consideraciones previas a los tratamientos contra la alopecia con fármacos.
Quizás lo más importante antes de avanzar más en esta solución es señalar que:
- Estos tratamientos solo son efectivos en casos de alopecia androgénica y siempre que se comiencen a administrar en las fases más incipientes de la calvicie, ya que solo actúan si hay vida en los folículos pilosos.
- Son tratamientos contra la calvicie a seguir de por vida, es decir, exigen una administración diaria para contener la pérdida genética del cabello.
- Su efectividad varía en cada persona y zona capilar. En algunos casos, el éxito de estos medicamentos para frenar la caída del cabello y mejorar su estado es del 85 %.
¿Cómo funcionan los tratamientos mediante fármacos?
Los tratamientos contra la calvicie de origen farmacológico con Minoxidil o Finasterida tienen un alto grado de efectividad para tratar la calvicie androgénica. Sin ser milagrosos sí pueden ser muy útiles para frenar la caída del cabello, que este gane grosor y densidad y que, en algunos casos, incluso nazcan nuevos folículos.
A continuación te explicamos las principales diferencias entre estos tratamientos, dos de los que más utilizamos en nuestra sección de tratamientos de estética masculina:
1.- Minoxidil
El Minoxidil es un vasodilatador que contribuye a que los nutrientes circulen con mayor facilidad por el torrente sanguíneo de tal forma que, aplicado al cuero cabelludo, incentiva que los folículos pilosos estén más nutridos y sanos. Y un folículo piloso más sano es un folículo que tiene menos posibilidad de caerse por alopecia androgénica.
Se aplica directamente sobre el cabello a tratar y sobre las zonas afectadas por la alopecia en cualquiera de sus dos formatos (spray o gel). La persona que se somete a este tratamiento deberá seguir las indicaciones del especialista que lo prescriba y aplicarlo las veces indicadas (normalmente son una o dos veces al día).
No resulta muy efectivo en las zonas de la frente y de las entradas en las que tradicionalmente comienza a dejarse ver la calvicie. Pero, tanto en esta zona como en el resto de zonas alopécicas, cuando hace efecto, lo hace de manera muy rápida y notable.
2.- Finasterida
La Finasterida actúa de diferente forma ya que lo que hace es bloquear la enzima alfa reductasa que convierte la testosterona en dihidrotestosterona, desencadenante genético de la alopecia androgénica.
La Finasterida controla esa enzima para evitar la caída del cabello que se ve interrumpida y, en algunos casos, anulada hasta el punto de que el cabello se regenera.
Este tratamiento se administra de manera oral y, en términos generales, podemos decir que es más potente, como también lo pueden ser sus efectos secundarios. Al fin y al cabo se trata de un tratamiento hormonal, aunque suave y dirigido a una sola clase de hormonas, pero lo suficientemente influyente como para que esté prohibido en algunos pacientes y en mujeres, además de requerir revisiones médicas cada cierto tiempo.
Ante un problema de alopecia lo ideal es ponerte en manos de profesionales médicos y estéticos que analicen tu caso y en función de sus peculiaridades te aconsejen el tratamiento o la técnica a aplicar. En Palmamédica estudiaremos tu situación para indicarte qué debes hacer para frenar este problema para siempre.
