La proteína es un nutriente imprescindible en cualquier dieta y el aliado perfecto de la pérdida de peso controlada. Pero ¿sabías que para conseguir el aporte diario tienes más opciones que la carne?
Al oír hablar de proteínas, la primera imagen que nos viene a la mente es la de un plato de carne de cualquier tipo. Porque desde tiempos inmemoriales este alimento se ha considerado como una de las fuentes principales de este macronutriente. Pero ¿qué pasa con todas aquellas personas que deciden reducir o eliminar los productos de origen animal de su dieta? ¿Todos presentan graves carencias de proteína? Lo cierto es que no. Han encontrado una larga lista de alimentos que también suponen un gran aporte de este nutriente.
Si quieres seguir una pauta alimenticia más sana y equilibrada o saber cómo puedes ingerir la cantidad diaria necesaria de proteínas para que el organismo cumpla sus funciones de manera óptima, este post es para ti. Te contamos cómo hacerlo sin convertirte en el mayor de los carnívoros.
Fuentes de proteínas diferentes a la carne
No es la primera vez que descubrimos que una pechuga de pollo, un guiso de conejo o un filete de pavo tienen su equivalente (en niveles aproximados de proteína) en otros alimentos. De hecho, las legumbres van ganando cada vez más adeptos en la misión de conseguir el aporte adecuado de macronutrientes en la dieta diaria. En cualquier caso, salvo que se cuente con la ayuda y los consejos de profesionales, aún hay muchas personas para las que la carne sigue siendo la estrella.
Para ellos y para todos los que quieren seguir una pauta alimenticia más completa y equilibrada, presentamos las fuentes de proteínas alternativas a la carne con más posibilidades:
- Carne, pero de pescado. El bonito, el salmón o el bacalao son algunas de las alternativas con las que puedes aumentar la ingesta de proteínas. Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), supone el 10’63% del aporte diario de este macronutriente en la dieta de la población general.
- Huevo. No consigue el mismo aporte de proteínas que la carne, pero sí alcanza (y supera) la calidad de estas. Su versatilidad facilita su inclusión en cualquier tipo de pauta alimenticia.
- Legumbres, cereales y semillas. Ya hemos mencionado las legumbres. Pero a las tradicionales hay que añadir otras de nueva incorporación como la soja, la quinoa, la chía… Todas ellas se han erigido como fuente fundamental de proteínas de origen vegetal.
- Frutos secos. También resultan interesantes a la hora de encontrar fuentes alternativas de micronutrientes. Su única característica en contra es su aporte calórico, que obliga a consumirlos en pequeñas cantidades.
- Lácteos. Son los grandes olvidados a la hora de elaborar una dieta rica en proteínas alejada de la carne. Tienen un alto poder biológico y, combinados con otras fuentes de macronutrientes, constituyen una buena opción para una dieta completa y equilibrada.
Combina estos grupos de alimentos como más te guste para conseguir un mayor aporte de macronutrientes sin abusar de la carne. Pero, si no sabes cómo hacerlo o si necesitas el consejo de especialistas para hacerlo al tiempo que bajas de peso, ponte en contacto con los profesionales de Palmamédica y pregunta por nuestra dieta proteica.