El exceso de sudoración se puede convertir en un gran problema social. Muchas personas se echan a temblar en cuanto notan cómo se humedecen sus manos, sus pies, sus axilas… Cada zona del cuerpo tiene sus propios inconvenientes, pero el caso de las axilas quizás sea el más inoportuno por su fácil visibilidad y por la posibilidad de venir acompañada de mal olor corporal.
Cuando ocurre esto estamos ante la denominada hiperhidrosis axilar, un problema médico que hoy puede tratarse mediante diferentes intervenciones. Pero veamos: ¿por qué surge este problema?, ¿es bueno frenar la sudoración para nuestro cuerpo o hay riesgos de que reaccione adversamente? Te lo contamos a continuación.
Hiperhidrosis axilar: qué es y por qué se produce
Si la hiperhidrosis es un aumento de la sudoración en determinadas áreas del cuerpo, la hiperhidrosis axilar es cuando tiene lugar en las axilas como consecuencia de un incremento de la secreción de las glándulas sudoríparas.
Este aumento tan significativo de la sudoración en las axilas, que puede provocar que traspase incluso varias prendas de ropa, suele deberse a una hiperactividad de las glándulas sudoríparas ante situaciones de:
- Estrés corporal.
- Estrés emocional.
- Ingesta de sustancias farmacológicas.
- Aumento de la temperatura corporal.
El problema es que esa sudoración excesiva resulta totalmente incontrolable incluso en situaciones térmicas normales, ya que una región del cerebro se muestra especialmente sensible a ciertos estímulos emocionales, provocando ese exceso de sudoración tan intenso, en este caso, en las axilas.
¿Cómo puede corregirse?
La hiperhidrosis axilar puede llegar a ser muy incapacitante en términos laborales y sociales. Las personas la padecen con bastante complejo aunque, por fortuna, hoy existe una solución muy sencilla: realizar un tratamiento con toxina botulínica (bótox).
Esta sustancia, tan conocida en tratamientos de estética facial orientados al rejuvenecimiento, se puede inyectar en las glándulas para bloquear el impulso nervioso del sistema simpático, impidiendo así la producción excesiva de sudor por parte de las glándulas sudoríparas que están en las axilas.
En ocasiones, este tratamiento no llega a ser suficiente y es necesario recurrir a una cirugía plástica mayor: la resección de los ganglios del sistema simpático, causantes de este aumento excesivo de la sudoración.
Dicha intervención, a la que también puedes someterte en nuestro centro, debe ser realizada en quirófano y siempre por un equipo experto. Es un procedimiento sencillo, con una técnica mínimamente invasiva mediante la cuál se aborda el tórax por un pequeño orificio para proceder a la resección de los ganglios.
¿Qué le pasa a nuestro cuerpo cuando se frena la hiperhidrosis axilar?
Es cierto que muchas personas se plantean: ¿y qué pasa en mi cuerpo si no expulsa todo ese sudor que tiene acumulado? Antes de nada, debemos decir que cualquiera de los dos procedimientos para evitarla son totalmente seguros y eficaces en un 85 % de los pacientes que se han sometido a ellos.
Después de un tratamiento contra la hiperhidrosis axilar, un alto porcentaje no experimenta ningún problema. Seguirá eliminando toxinas por otras zonas de su cuerpo que seguirán sudando con normalidad. También es cierto que algunos pacientes han notado cómo ese exceso de sudoración se trasladaba a otras partes de cuerpo, en la mayoría de los casos menos molestas y visibles, por lo que la intervención sigue siendo una buena opción.
Si sufres este problema, nuestra recomendación es que vengas a vernos. En Palmamédica podemos aplicar el tratamiento más efectivo para poner fin a un trastorno que puede llegar a ser muy incapacitante para quien lo padece.
