La hiperhidrosis es una molesta patología que padecen gran número de personas y que consiste en un aumento de la sudoración local debido a una disfunción del sistema nervioso simpático. Como consecuencia de esta alteración se produce una hipersecreción de las glándulas sudoríparas provocando un aumento del sudor. Las zonas más frecuentemente afectadas por este problema son: axilas, manos y pies.
Las personas que sufren esta problema ven mermada su calidad de vida ya que ante cualquier situación estresante o pequeñas variaciones de la temperatura ambiente, sufrirán un aumento de la sudoración excesivo, con las consiguientes molestias tanto higiénicas como sociales.
El primer escalón terapéutico de esta patología sería el tratamiento con Neuromoduladores. Utilizados generalmente en medicina estética para el tratamiento de las arrugas de expresión, este producto inyectado a nivel superficial bloquea el impulso nervioso del sistema simpático impidiendo así el excesivo estímulo de las glándulas sudoríparas. Normalmente este tratamiento es más que suficiente para una hiperhidrosis axilar.
Sin embargo, los niveles más graves puede suceder que el tratamiento con Neuromoduladores sea insuficiente, en estos casos podremos ofrecer la cirugía como segunda opción. Esta cirugía consiste en la resección de los ganglios del sistema simpático, situados en el tórax bloqueando así la producción de la señal nerviosa que provoca el aumento de sudoración. Dicha intervención ha de ser realizada en quirófano bajo anestesia general. Actualmente existen técnicas mínimamente invasivas como es la toracoscopia, en la cual se aborda el tórax desde un pequeño orificio. La cirugía, por ser más agresiva, se reserva sólo para los casos más severos de hiperhidrosis
