Uno de los contenidos que hoy más proliferan en las redes sociales son las llamadas skincare o rutinas de cuidado facial. Se trata de vídeos en los que, normalmente, perfiles sociales influyentes, relatan qué productos utilizan diariamente y cómo los aplican para mantener una piel del rostro sana, cuidada y bonita.
El problema es que dichos contenidos no son siempre todo lo rigurosos que deberían ser y nos encontramos con influencers recomendando productos a jóvenes de 15 años que, en el mejor de los casos, no deberían comenzar a usar hasta los 25 o 30. La confusión de conceptos unido a la obsesión por lucir una piel del rostro perfecta puede tener un efecto contraproducente y por eso hoy queremos aclarar, al menos, tres conceptos básicos: qué son las cremas con vitamina C, con retinol y con ácido hialurónico, para qué sirve cada una y cómo deben usarse.
Aclaremos algunos conceptos: vitamina C, retinol y ácido hialurónico.
Las cremas o los tratamientos estéticos con productos que contienen vitamina C, ácido hialurónico y retinol se han consolidado como pilares en el cuidado diario de la piel debido a una serie de beneficios científicamente demostrados.
Pero es importante saber que cada uno aporta propiedades concretas y es recomendable tenerlas claras para saber cuál te conviene en función de aspectos como tus necesidades cutáneas o tu edad:
1.- Cremas ricas en vitamina C
La vitamina C es un antioxidante potente que combate los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro. Este activo es ideal para personas que buscan iluminar el tono de la piel, reducir manchas y mejorar la firmeza. Por lo tanto, es un tipo de tratamiento que no se recomienda antes de los 25-30 años para prevenir el envejecimiento de la piel del rostro.
La vitamina C actúa promoviendo la producción de colágeno, una proteína esencial para mantener la piel tersa y elástica. Se recomienda aplicarla por la mañana, ya que, al proteger la piel contra el daño ambiental, sus efectos se potencian durante la exposición diaria a factores externos. Se encuentra en concentraciones variadas, y para usuarios con piel sensible se sugiere iniciar con concentraciones bajas (alrededor del 5 %) para evitar irritación.
2.- Productos faciales con ácido hialurónico
El ácido hialurónico es un compuesto que retiene el agua en la piel, proporcionando una hidratación profunda. Su capacidad para retener hasta 1.000 veces su peso en agua lo convierte en el componente ideal para personas con piel deshidratada que no quieren que el paso del tiempo se transforme en líneas de expresión. Por eso está muy presente en tratamientos de rejuvenecimiento facial que requieren una gran hidratación.
Sin embargo, a diferencia de otros tratamientos, el ácido hialurónico es compatible con todo tipo de pieles, incluso las más sensibles. Se puede aplicar tanto por la mañana como por la noche sobre la piel ligeramente húmeda y, generalmente, se aplica después de la limpieza y antes de otros productos. Los sérums con ácido hialurónico son muy efectivos cuando se combinan con una crema hidratante para sellar la humedad.
La capacidad de la piel para retener agua disminuye, por lo que su uso es recomendable a cualquier edad, por ejemplo, a partir de los 20 años, ya que ayuda a mantener la elasticidad y suavidad de la piel, además de ayudar a prevenir la aparición de líneas de expresión.
3.- Concentrados de retinol
El retinol, derivado de la vitamina A, es uno de los ingredientes más efectivos en la renovación celular para la mejora de la textura de la piel. Este activo estimula el recambio celular y aumenta la producción de colágeno, lo que disminuye visiblemente las líneas de expresión y mejora la textura cutánea. Sin embargo, puede causar irritación, enrojecimiento y sensibilidad, especialmente en pieles sensibles o cuando se inicia su uso.
Se recomienda aplicarlo solo en la noche y comenzar con concentraciones bajas (0,25 % a 0,5 %), aumentando gradualmente conforme la piel se adapta. Además, quienes usen algún tipo de crema con retinol o directamente un concentrado de retinol, deben usar siempre protector solar de forma obligatoria, ya que el retinol aumenta la sensibilidad de la piel al sol.
Lo normal es que la aplicación de retinol nunca se realice antes de los 30-35 años, dependiendo siempre de las necesidades específicas de cada piel y objetivos de la persona.
Cada tratamiento debe ser usado según las necesidades específicas de la piel, y es recomendable no combinarlos simultáneamente sin supervisión profesional, para evitar posibles irritaciones o sensibilizaciones. En Palmamédica podemos ayudarte a encontrar la rutina de cuidado facial que más te conviene y así lucir siempre una piel sana, bonita y protegida.
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