El uso de la toxina botulínica para conseguir un rejuvenecimiento del rostro es una de las prácticas más demandas en nuestro centro de tratamientos faciales en Mallorca. Las infiltraciones con este relleno, popularmente conocido como bótox, permiten corregir y prevenir la formación de arrugas de una manera sencilla, poco invasiva y con excelentes resultados estéticos.
Sin embargo, y a pesar de su frecuente y normalizado uso, hay personas que siguen creyéndose a pies juntillas algunas de las leyendas urbanas infundadas que giran en torno a esta técnica. Por este motivo, hoy escribimos este post en el que te contamos verdades y, sobre todo, mentiras sobre el bótox. No dejes de leerlo.
¿Pensando en realizar un tratamiento facial con bótox?
El bótox o toxina botulínica es una neurotoxina elaborada a partir de una bacteria que se denomina Clostridium Botulinum. Su principal cometido es el de reducir los efectos del paso del tiempo, suavizando y minimizando las arrugas de expresión y haciendo que el rostro luzca más joven, terso, sano y elástico.
Como decíamos, aunque su uso en tratamientos estéticos se lleva realizando con éxito desde los años 80, siguen existiendo ciertas reticencias infundadas como estas:
1.- No es recomendable usar bótox antes de los 50: FALSO
Aquí estamos ante la primera leyenda urbana totalmente falsa. Los tratamientos faciales con bótox no tienen efectos secundarios y, por lo tanto, pueden aplicarse a personas de todas las edades sin ningún problema.
En el momento adecuado para realizar un tratamiento con bótox es cuando las arrugas se marcan con el rostro en reposo. Lo que ocurre es que como las arrugas tardan en mostrarse de esta manera tan evidente, lo normal es que se recurra a esta sustancia con más edad, pero no porque haya contraindicaciones si se hace antes.
2.- No te apliques bótox o perderás la expresión de tu rostro: FALSO
Esta es posiblemente una de las falsas ideas más extendidas sobre el uso del bótox. Muchas personas afirman que quienes han realizado este tratamiento carecen de expresión en su rostro, se vuelven “artificiales” y pierden naturalidad.
En primer lugar, tenemos que decir que esto puede pasar, aunque nunca de una forma tan radical. Y si ocurre es porque la aplicación del bótox se ha realizado de manera incorrecta. Con la dosis adecuada, en la zona exacta, teniendo en cuenta la musculatura facial del paciente y utilizando una toxina botulínica de calidad no tiene porqué ocurrir nunca. De hecho, el bótox consigue reducir surcos y arrugas de expresión de manera muy natural, sin que el rostro pierda movimiento y sin que nadie lo note.
Si no es así, no es porque sea una consecuencia del uso de esta sustancia sino de un mal uso o un abuso de la misma.
3.- Una vez que empiezas, te lo tienes que aplicar siempre: FALSO
Es cierto que los efectos que tiene el bótox en el rostro no son eternos, de ahí que si quieres lucir siempre una cara más rejuvenecida, voluminosa, elástica y sin arrugas tendrás que repetir las infiltraciones cuando estas hayan dejado de hacer efecto.
Pero esto no quiere decir que, una vez lo hayas aplicado debas seguir haciéndolo siempre por cómo se queda tu rostro si no lo haces. Ni muchísimo menos. Es un tratamiento que puedes realizar las veces que quieras de la misma manera que puedes probarlo y no repetirlo más y a tu rostro no le ocurrirá nada.
Es verdad que lo que no debes es abusar y utilizarlo con demasiada frecuencia, sin respetar los protocolos y los tiempos entre infiltraciones. Si realizas un tratamiento con bótox y quieres repetirlo en el futuro, lo idea es descansar un tiempo y no realizar otra intervención muy seguida.
El listado de “falsas verdades” sobre el bótox es mucho más amplio pero hemos querido comenzar por estas tres sentencias que son bastante habituales y están muy extendidas entre la población. Nuestro consejo es que no te dejes llevar por rumores y ante cualquier duda, acudas a una clínica estética especializada como Palmamédica donde te explicaremos todo lo que quieras saber al respecto.
